Una cuestión que, sin duda, nos habremos planteado en más de una ocasión es la de cómo reconocer un buen vino o cómo saber si el vino es bueno.

Las personas inexpertas se suelen guiar por el precio de la botella, dando por hecho que a mayor precio, mayor calidad.  Por supuesto, esta es una regla que no siempre se cumple.

Otro criterio sería la familiaridad hacia la marca, lo que puede limitarnos a apreciar bodegas que son más conocidas porque invierten un mayor presupuesto en publicidad.

Al finalizar este artículo,  tendréis unas nociones prácticas que os permitirán saber cómo distinguir un buen vino.

 

EXPERIENCIA PERSONAL

«Lo que debe hacer un consumidor de vino es beber lo que le gusta y disfrutar sin preocuparse por las etiquetas» señala Ignacio de Miguel, uno de los mayores expertos de vino en España.

Estamos totalmente de acuerdo con este reconocido enólogo y es que el vino es toda una experiencia y, por tanto, tiene mucho de subjetividad.

Puede que conozcamos uvas, regiones y vinos que nos han gustado; o recomendaciones de bodegas o enólogos. Todo ese conocimiento es valioso si se quiere ir a lo seguro, pero no si se intenta sorprender o descubrir el mundo del vino más allá de la zona de confort.

Si tenemos la capacidad de analizar un vino podemos fijarnos en sus atributos visuales (por ejemplo el color pajizo de un buen Albariño), sus aromas varietales, fermentativos y de maduración o en sus sabores en boca; pero sobre todo hay que tener en cuenta la experiencia. Aristóteles decía que nadie ama un vino a no ser que sea placentero y ‘ lo placentero’ es una cualidad descriptible solo desde la subjetividad de cada uno.

Al fin y al cabo, dejar las cosas al azar o al gusto de otros es arriesgado. Lo ideal sería ir construyendo nuestra experiencia en torno al vino poco a poco.

 

OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Mientras encontramos nuestro propio conocimiento, podemos servirnos del de otros.

Muchos disfrutan leyendo las opiniones de enólogos, sumilleres o periodistas especializados. En general, la opinión de los expertos se convierte en un juicio definitivo sobre la calidad del vino, pero el paladar de un famoso experto no siempre coincidirá con el nuestro; todo consiste en probar.

Las modas y la fama de las bodegas y los críticos también influyen en todo este juego de las valoraciones profesionales. Dependemos aquí de nuestra sugestibilidad -o no- a la autoridad de los expertos. De nuevo, vale la pena darles una oportunidad aunque luego no coincidamos con su opinión ya que para gustos, colores.

Como referencia, podemos compartir con vosotros algunas fuentes reconocidas que pueden servir de ayuda:

Sitios web como la Guía Peñín, pone a nuestro alcance un completísimo manual de vinos españoles. Es, de hecho, uno de los sitios de referencia en cuanto a consultas por parte de expertos y aficionados al vino.

¿Nos defendemos en inglés? Entonces tenemos a nuestra disposición multitud de publicaciones y sitios web especializados como, por ejemplo The Wine Advocate o  Wine Enthusiast.

Si lo nuestro es la tecnología podemos echar mano de aplicaciones móviles como Vivino App.

 

ETIQUETA Y CARACTERÍSTICAS DEL VINO

No nos olvidamos de la fuente más inmediata de información: la etiqueta.

Es cierto que la etiqueta tiene elementos atractivos como el diseño, los colores o una literatura que busque despertar lo sentimental. Incluso el nombre puede ser sugestivo e incitarnos a la compra.

Algunos incluyen identificaciones de premios (como los prestigiosos Baco, Mundus Vini, Decante y, Berliner). Esto no significa que solo los vinos premiados sean los buenos pero, al menos, han puesto de acuerdo a un jurado sobre su calidad.

En todo caso, debemos prestar atención a aquellos datos que nos permitan apreciar las cualidades positivas que puedan diferenciar ese vino de otros.  La procedencia del vino, la variedad de la uva, quién lo produce o la Denominación de Origen son aspectos a tener muy en cuenta.

Existen una serie de sabores o matices que nos dan pistas de que el vino no posee demasiada calidad, como los sabores avinagrados (han pasado por un proceso de maduración incorrecto), a fruta pasada (se han empleado uvas que no estaban frescas), a corcho (un defecto bastante común que deja un gusto a humedad) u óxidos (cuando el oxígeno ha entrado accidentalmente en la botella, arruinando los aromas del vino).

Por el contrario, existen algunas características que definen la calidad de un vino:

EQUILIBRIO

Esto es la relación entre la acidez, el tanino, el dulzor y el alcohol del vino.

Cuando ninguno de estos elementos prevalece sobre el otro, entonces estaremos hablando de un vino equilibrado. ¿Un truco para saber si un vino tiene equilibrio? Que combine con casi cualquier comida.

LONGITUD

Empleado en enología, la longitud es un término empleado para describir el vino a lo largo de todo el paladar, desde el primer contacto con la lengua hasta el momento en el que se traga.

Un vino corto impacta al principio, pero pronto pierde intensidad, por lo que un buen vino tendrá que tener longitud.

PROFUNDIDAD

Un vino con profundidad parece tener diferentes capas de sabor, no es plano, por tanto deberemos apreciar los elementos que conforman el equilibrio del vino.

COMPLEJIDAD

La característica principal de un vino complejo es que nos cuenta cosas diferentes cada vez que lo probamos, nuevos matices y aromas. Se considera que este tipo de vinos tienen mayor calidad.

CARÁCTER

Cuando un vino aporta una característica original y personal se considera un vino con carácter. Suele venir determinado por su procedencia, el suelo, el clima… que lo hace necesariamente único.

Y hablando de buen vino, sobra decir que en Camino de Cabras elaboramos grandes vinos gallegos con las mejores uvas que nos da nuestro rincón Atlántico (de las denominaciones de origen Rías Baixas y Valdeorras).  

Te invitamos a descubrir nuestros vinos, a seguir esta breve guía y a disfrutar.

 

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